martes, 27 de febrero de 2018

LA GIMNASIA RÍTMICA

La gimnasia rítmica es una disciplina deportiva que combina elementos de ballet, gimnasia y danza, así como el uso de diversos aparatos como la cuerda, el aro, la pelota, las mazas y la cinta.
En este deporte se realizan tanto competiciones como exhibiciones en las que la gimnasta se acompaña de música para mantener un ritmo en sus movimientos, realizando un montaje con o sin aparato. La gimnasia rítmica desarrolla la armonía, la gracia y la belleza mediante movimientos creativos, traducidos en expresiones personales a través de la combinación musical, teatral y técnica, que transmite, principalmente, satisfacción estética a los espectadores. Practicada principalmente por mujeres, en los últimos años está aumentando el número de practicantes masculinos. Las pruebas se realizan sobre un tapiz y la duración de los ejercicios es de aproximadamente 90 segundos en la modalidad individual y de 150 en la de conjuntos. Al igual que otras disciplinas de la gimnasia, tiene sus antecedentes en los estudios de Rousseau, transformándose con el paso de los años siempre ligada a la danza y la musicalidad, hasta llegar a la década de 1930, cuando en la Unión Soviética comienza a practicarse como deporte y empiezan en Alemania a introducirse los aparatos que hoy conocemos.
Está regida por la Federación Internacional de Gimnasia (FIG), quien elabora el Código de Puntuación y regula todos los aspectos de la competición internacional de élite. Las competiciones más destacadas son los Juegos Olímpicos, el Campeonato Mundial de Gimnasia Rítmica, el Campeonato Europeo de Gimnasia Rítmica y la Copa del Mundo de Gimnasia Rítmica.
Características y preparación
La carrera deportiva de una gimnasta rítmica suele tener una longevidad corta en comparación con otros deportes. Normalmente se empieza a practicar a edades tempranas, entrando en edad júnior el 1 de enero del año 13º, y en edad sénior, y por tanto elegible para competir en los Juegos Olímpicos, en el 16º año. El pico de forma suele estar en la adolescencia (15 - 19 años), aunque ya es más común verlo a partir de la veintena. Las españolas Almudena Cid y Carolina Rodríguez han disputado competiciones internacionales con 28 y 30 años respectivamente, siendo consideradas las gimnastas rítmicas de élite más longevas.
El cuerpo de una gimnasta rítmica es por lo general más delgado y menos definido que el de una gimnasta artística, normalmente más bajas y robustas. Caracterizada por la alta exigencia de coordinación para la deportista, esta modalidad tiene en la simetría y bilateralidad principios fundamentales para una buena ejecución.​ Al igual que en la gimnasia artística, debido a su elevada dificultad técnica y a que el alto nivel se alcanza a una edad temprana, es importante iniciar el entrenamiento tan pronto como sea posible si se quiere llegar a la élite, siendo lo ideal que comience entre los 2 o 6 años, ya que las mujeres poseen un potencial de desarrollo que puede mantenerse en la etapa de madurez de las habilidades motrices básicas, es decir, entre los 15 y 20 años de edad. La práctica de gimnasia rítmica debe desarrollar habilidades como fuerza, potencia, flexibilidad, agilidad, destreza y resistencia, para alcanzar el grado técnico necesario para mostrar vigor, belleza y armonía en los movimientos del ejercicio. De modo general, la gimnasia rítmica tiene tres aspectos que deben trabajarse: movimiento corporal, manejo del aparato y el acompañamiento musical. Estos tres elementos forman la unidad que fundamenta la gimnasia rítmica.
Como preparación, la gimnasta tiene los ejercicios físicos iniciados en la edad escolar para mejorar sus aptitudes físicas y coordinación motora, así como fomentar su interacción social, más allá del placer y el estímulo proveniente de la práctica. La introducción de los aparatos debe hacerse gradualmente para que la niña se adapte a las características de cada uno. Esta preparación se realiza para el futuro, en el que la gimnasta tendrá una mejora de la condición física y disfrutará de experiencias surgidas de la conviviencia en equipo, así como una mayor estructura psicológica al tener que enfrentarse a situaciones opuestas como la victoria y la derrota. El entrenamiento físico se puede convertir en perjudicial si está mal supervisado y se combina con una mala alimentación. Una buena educación alimentaria es esencial para el mantenimiento tanto del rendimiento físico como intelectual. Por eso se suele necesitar de un estudio sobre cada practicante con el fin de obtener unas necesidades de consumo de calorías personalizadas. Si se deben producir restricciones en la dieta, son aconsejadas por nutricionistas para que la gimnasta no dañe su salud. Diversos estudios han avalado que la práctica regular de la gimnasia rítmica facilita el desarrollo del esqueleto y previene las pérdidas de densidad mineral ósea asociadas a la edad.​
En conclusión, para una práctica ideal de gimnasia rítmica, es necesaria una interacción entre gimnasta, entrenador y familia, con el fin de crear hábitos adecuados, tanto alimentarios y sociales como de seguridad, para el mantenimiento del bienestar físico y psicológico, el cual generará efectos positivos en el rendimiento intelectual y deportivo de las gimnastas.

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